3.1.21

IN/CON/FLUENCIAS Episodio1: Arte y enfermedad


https://youtu.be/6Qv_eedz2lQ 

3.7.19

KIllers

por PABLO VALLE

(serie para televisión)




****

Biblia

Killers
por Pablo Valle

13 episodios de 30 minutos.

Género: thriller (con variantes comedy)

Descripción y biografía de personajes

Cada capítulo es unitario
(duración: 25-30 minutos).
El rasgo en común que tienen es que están protagonizados por un (o una) asesino a sueldo (o serial).
(Esto implica que se pueden hacer varias temporadas porque, una vez asentado el tema y establecido el tono, las variantes son prácticamente interminables).
Si bien, por esta temática, pueden considerarse thrillers, cada uno tiene un matiz secundario: suelen ser más o menos violentos, pero también humorísticos, grotescos, de enigma, etcétera.

A continuación, algunas sinopsis.

1. (“Piloto”)
 jp_2012.

(El 2012 debe ser remplazado por la fecha de estreno; si el título es poco atractivo, es fácil cambiarlo, aunque tiene un sentido en la historia. Variantes: Hacker, El monstruo).
Es un hacker discapacitado. Usa silla de ruedas y es todo contrahecho. Maneja el mouse con una mano artrítica, pero de gran habilidad.
(Sería atractivo que fuera encarnado por un actor-galán, muy transformado).
Mata a distancia, por medio de su computadora. (Explica con mucho detalle las múltiples formas en que esto se puede hacer).
Un sindicalista, Mourinho, lo contrata para que se deshaga de un oponente.
Al principio desconfía, porque el hacker vive en una oficina antigua, llena de polvo, aparatos viejos y cablerío enredado (como en la película Pi).
Pero pronto el hacker le demuestra lo que es capaz de hacer.
El adversario muere, “parece un accidente”. Recibe un mensaje significativo, que sólo Mourinho entiende porque es una frase que había surgido en la conversación con el hacker.
Otro sindicalista, el que se lo recomendó a Mourinho, le dice que es hora de deshacerse del “monstruo”, porque ya sabe demasiado.
Inmediatamente muere. También recibe el mismo mensaje.
Mourinho sabe que es el próximo. Resignado, recibe el mensaje definitivo.
No lo vemos, pero sabemos que él también va a morir.

(Adjunto guion completo)


2. Layla.

Layla es una stripper muy bella pero ya de cierta edad para ese oficio.
Hace un acto especialmente sensual, pero que es una pantalla para otra actividad oculta.
Mata en los intervalos de sus funciones, desde el techo del boliche en el que actúa.
Las víctimas le son señaladas por un spot especial.
Después cobra sus honorarios en un parque. Nunca ve a su jefe. Sólo habla con él por teléfono.
Un día le ofrecen pagarle doble por la próxima víctima, que resulta ser su protector de toda la vida, un pez gordo que la sacó de la prostitución y la metió en ese negocio mucho más lucrativo.
No puede cumplir su misión.
Su jefe le baja el pulgar.
En su última función, se da cuenta de que acaba de ser remplazada por una novata a la que apenas había prestado atención, e incluso le había dado algunos consejos.
La novata ocupa su lugar y la asesina con su mismo método.

(Adjunto guion tentativo)


3. El PAMI Gancedo

Es un asesino de la tercera edad. Antiguo chofer/matón de sindicato, retirado.
(PAMI hace alusión a la obra social de jubilados de Argentina. Si esto es un problema, habría que remplazarlo; por ejemplo: “Asilo Gancedo” o algo similar)
Vive en un geriátrico con “salidas transitorias”. De hecho, se mueve como quiere, nadie le presta demasiada atención y, así, cuenta con la coartada perfecta.
Sus antiguos jefes lo usan para asesinar opositores. ¿Quién va a desconfiar o cuidarse de un “viejito inofensivo”?
Aquí el toque de comedia lo aporta el hecho de que, mientras el anciano cumple sus “contratos”, debe visitar médicos de la obra social para tratar sus múltiples dolencias de viejo.
También se mezcla el hecho de que en el geriátrico tiene dos amantes, y eso puede jugarle en contra, así que decide deshacerse de una, lo que le resulta fatal.

(Adjunto cuento literario que puede funcionar como tratamiento)



4. Cerbero.

(El título es anagrama —irónico— de “cerebro”. También alude a “can-cerbero”).
Se trata de un asesino torpe pero impertérrito (ligeramente inspirado en el John Hurt de The Hit, de Stephen Frears).
Falla siempre.
El tono es de comedia negra.
(El físico de rol ideal sería un Diego Peretti peinado a la gomina y con anteojos negros)
Tiene que asesinar a un pez gordo pero siempre se le presentan obstáculos que se lo impiden.
Sus jefes amenazan con desplazarlo, o algo peor, pero él les promete varias veces que la próxima no va a fallar.
Finalmente, tras un montón de situaciones ridículas, logra cumplir con su cometido de casualidad, pero igual se muestra orgulloso del resultado.

(Adjunto guion tentativo).

***

(A continuación, breves pitches de los otros capítulos, aún no desarrollados.)


5. Teen killer
Es una chica que aún cursa el secundario.
Recibe un “contrato” para matar a una profesora molesta y, a partir de ahí, se dedica al oficio.
(Si es muy políticamente incorrecto, podemos situarla en el primer año de la facultad).


6. Mimos
Un asesino que mata mimos y murgueros.
Puede ser por encargo o por placer. O mejor: primero por encargo y después por placer.


7. La asesina imaginaria
Como el Archibaldo de la Cruz, de Buñuel...
En este caso, es un ama de casa que fantasea con crímenes que no comete. ¿O sí?


8. El poeta.
Deja poemas en el lugar del crimen.
Cada poema conduce a su próxima víctima. La última es el investigador.


9. El síndrome Rubén Darío
Casi todos los poetas modernistas de fines del siglo XIX murieron trágicamente. ¿Y si los mató Rubén Darío, para reinar solo?
En este episodio, un académico o un escritor, que ha estudiado el tema y sostiene esa teoría (debe detallarse en el relato), prueba a eliminar a sus principales competidores, de maneras similares a las que supuestamente usó Darío.


10. El gourmet
Similar al anterior.
Un gourmet famoso elimina a sus competidores, utilizando “ingredientes” falsos.


11. Pierna fuerte
Jugador de fútbol.
Como en Layla, el killer usa de pantalla su trabajo de futbolista.


12. El arrepentido
Un empleado despedido decide matar a su jefe, pero después se arrepiente y no sabe cómo hacer para interceptar al asesino que contrató (a quien apenas conoce).


13. La manifestación
Como en un cuento de Chesterton en el que un militar organiza una batalla para matar a alguien de su propio bando, aquí alguien organiza una manifestación en la que se asegura de que haya represión policial, y mata a su enemigo con balas de goma.


Nota:
Como es evidente, los últimos capítulos carecen aún de desarrollo. Incluso pueden cambiarse.
También puede cambiarse el orden de emisión, dado que no hay continuidad. (Pero los episodios que más se parezcan en su temática o estructura deben situarse lejos entre sí).
El piloto debería ser el “mejor” o más logrado episodio.
No hay arco dramático de toda la temporada porque son unitarios.
Sí lo puede haber en cada episodio, pero por su duración no pueden desarrollarse grandes cambios en los personajes. Depende del episodio, pero todos deben ser muy rápidos, con un buen ritmo narrativo.

***

El universo en el que se desarrolla la historia es Argentina, época más o menos actual (sin alusiones políticas). Esto abarata costos. Además, puede cambiarse la locación fácilmente.
No estaría mal pensar en algún episodio que transcurriera en una época pasada, a reconstruir según el presupuesto. Esto podría ampliar mucho más la óptica.
Por ejemplo: invasiones inglesas, revolución de mayo, gobierno de Rosas, presidencia de Sarmiento, primer centenario (anarquismo, represión), década infame, etc. Esto, hablando sólo de Argentina, que es lo que más domino. Nada obsta para que se haga lo mismo en otro país.
No incluyo ideas al respecto, reitero, por sus mayores costos. (También, porque el elemento político podría interferir). Podrían quedar para temporadas futuras.


Pablo Valle







Ángeles torpes

(guion)

por PABLO VALLE


Sinopsis




(Es un policial cómico-costumbrista. Se basa en la novela homónima, publicada en 1995. Originalmente transcurría durante el menemismo —y esto era importante ideológicamente como fondo de la trama—; pero, para evitar costos de reconstrucción de época, puede obviarse esta localización temporal y trasladarlo a un presente indefinido. Si se deciera mantener la situación original, 1992-1994, digamos, se pueden intercalar algunas referencias por medio de periódicos o pantallas de televisión, pero tiene que ser de manera muy indirecta.)


Ángel Cadorna es un oficinista tímido, pusilánime, que alguna vez quiso ser escritor. Vive en una pensión de mala muerte en Buenos Aires y es hincha fanático un club de fútbol del Conurbano (como referencia, Chacarita).
Un día es despedido inesperadamente de su trabajo y decide vengarse matando a su jefe, Salvatori, responsable del despido (según un compañero metiche, el Mochila, que aparecerá muchas veces como trickster, aportando la cuota de comicidad). Para eso, contrata como intermediario al Gordo Ángel, un buscavidas ligado al club de fútbol, creyendo que es una especie de capomafia.
Luego de efectuada la transacción, Cadorna se arrepiente y empieza, por todos los medios, a intentar impedir el crimen. No le resulta nada fácil.
Por un lado, inicia una búsqueda desesperada del Gordo, a quien apenas conoce. En el trayecto, se topa con el Rubio, hijo de un directivo del club, y con Hormiga, jefe de la barra brava de Chacarita (que tendrán apariciones importantes después). Éste último lo ayuda indirectamente a localizar dónde vive el Gordo, una pensión mugrienta del barrio de San Martín.
También, conocerá a la hija del Gordo, Angélica, por quien se siente atraído.
Por el otro lado, queriendo evitar que su jefe pueda usar normalmente su auto, le “toca” algo del motor. Esto causa un accidente que lleva a Salvatori al hospital, malherido.
Cadorna encuentra por fin al Gordo y le pide que suspenda el contrato. El Gordo le dice que es muy difícil parar ahora al asesino, pero que lo va a intentar (por más plata). Mientras el Gordo supuestamente trata de contactar al profesional contratado, Cadorna va al hospital y cambia de habitación a Salvatori (dos veces), para despistar al asesino.
El Gordo aparece y dice que todo está solucionado; pero también aparece el Rubio, que dice ser el asesino. Los presiona para que le paguen más, a cambio de no matarlos a los tres... La aparición de Mochila impide que pase a mayores, pero el arreglo queda pendiente.
Cadorna va a la pensión donde viven el Gordo y su hija. Se acuesta con Angélica. Esto (y otras sospechas) le sugieren que ella está comprometida en el engaño al que lo han sometido: el Gordo nunca fue un mafioso capaz de contratar a un asesino.
 El mismo Gordo le confiesa toda la verdad, pero ya es tarde. El Rubio y Angélica, que son amantes, aparecen y se quedan con la parte de la plata que el Gordo se había guardado en la pieza. Pero el Rubio quiere más, y quedan en encontrarse la noche siguiente en la puerta de la cancha de Chacarita.
Cadorna se entera —por Mochila— de que a Salvatori le sacaron un riñón por error (como resultado de que él lo había cambiado de habitación). También Mochila le dice que Salvatori no había sido el responsable de su despido.
La noche siguiente, Cadorna y el Gordo acuden a la cita, aunque no tienen suficiente plata para pagarle al Rubio. En ese momento, aparecen Hormiga y sus laderos, que se llevan toda la plata, como “pago” del favor anterior.
Cuando llega el Rubio, se enfurece, no les cree lo sucedido, y golpea al Gordo. Cadorna aprovecha, le pega una patada de atrás y le saca el arma; por primera vez, domina la situación.
Llevan al Rubio, atado, a la pieza del Gordo, donde éste les comunica un plan “genial” para robar un banco. Inesperadamente, tanto el Rubio como Cadorna (que, en cierto sentido, compiten por Angélica) aceptan. El Gordo va a entrar al banco con un chaleco lleno de granadas, diciendo que tiene cáncer y que no le importa explotar allí mismo si no le dan todo el dinero disponible (esto está sacado de una noticia real).
Llevan a cabo el plan. El Rubio debe llevarlos y recogerlos en su auto pero, cuando salen del banco con la plata, la policía lo intercepta y lo acribilla. Cerca había un congreso político importante y la zona está plagada de policías. El Gordo (que realmente tiene cáncer, y Cadorna lo ha sabido a último momento por el Rubio) prácticamente obliga a Cadorna a que se vaya con toda la plata y encara a la policía con una granada en la mano, para ganar tiempo.
Cadorna huye al aeropuerto, donde espera Angélica: imposible saber si a él, al Rubio o al Gordo; pero es él quien llega, sobreviviente y con mucha plata.


Pablo Valle